sábado, 1 de septiembre de 2007

Secretos y mentiras por el medio

“Noticias del poder” es un libro escrito por el periodista Jorge Halperín, editado por Aguilar, Buenos Aires en 2007, a partir de entrevistas a una serie de periodistas dedicados especialmente al mundo de la política. Te comparto una crítica de esta obra escrita por el pastor metodista Carlos Valle, ex secretario General de la Asociación Mundial para la Comunicación Cristiana (WACC) entre 1986 y 2001, difundida el 7 de agosto de 2007 por la agencia de noticias Prensa Ecuménica.

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Secretos y mentiras por el medio

Indagar sobre las "buenas y malas artes del periodismo político" es adentrarse en valiosas historias personales a la vez que conocer su peregrinaje por laberintos construidos por fraudes, escándalos, corrupción.

Un peregrinaje que no exento de toparse con callejones sin salida amurallados por el silencio, el temor y el poder. Jorge Halperín –un experimentado periodista, que ha ejercido la docencia y publicado

numerosos libros- bien sabía de todo esto cuando decidió entrevistar a una serie de periodistas dedicados especialmente al mundo de la política.

Por eso recuerda que el periodismo "no es una profesión de ángeles ni existen sacerdocios periodísticos. No hay observadores absolutamente imparciales ni testigos independientes del sistema político que

produzcan una materia informativa sin toxina." (pág.17). Acompañando esas entrevistas adosó una serie de reflexiones de tinte docente y la sazonó con un buen número de interrogantes, varios de los cuales han quedado flotando en el reino de la sin respuesta.

La mayoría de los entrevistados coinciden en su comprensión sobre el papel del periodista y la relación entre el medio, el Estado y las empresas. Indudablemente no podían faltar nombres como José María

Pasquín Durán, Oscar Raúl Cardoso, Mario Wainfeld, quienes recuerdan parte de su variada trayectoria y los diversos estadios por los que discurrió su desarrollo profesional.

Se podría preguntar por la ausencia de nombres tales como Horacio Verbitsky, Eduardo van der Kooy, Joaquín Morales Solá o Mariano Grondona. Dado que muchos de los diálogos tratan sobre la actuación de la prensa en tiempos del Proceso Militar y se hace específica referencia al atentado a la AMIA y al asesinato del fotógrafo José Luis Cabezas, sería importante conocer como algunos de esos nombres evalúan su propio desempeño.

Es valioso conocer la historia del trabajo de Rodolfo Terragno y su siempre recordado mensuario "Cuestionario" (págs. 204-209) que marcó un hito en el periodismo independiente.

Igualmente escuchar a quienes estaban del otro lado del mostrador como Andrés Delich, ex ministro de Educación durante la inconclusa presidencia de F. De la Rúa y su azarosa relación con la prensa (págs.123-135); a Carlos Corach, ex Ministro del Interior durante el gobierno de Carlos Menem, que se ufana de haber establecido una particular estrategia de abierta relación con los medios o a Enrique "Coti" Nosiglia, ligado a la Unión Cívica Radical, que más bien se mantuvo en las sombras y esgrimió el off the record para desarrollar sus canales de información.

Llama la atención que, desde el seno de un gran diario – Marcos Cytrynblum, Clarín- se afirme que por mucho tiempo no tuvieron conocimiento de sitios clandestinos, que no pensaban "que hubiese

argentinos que tuvieran en su cabeza un sistema de desaparición, tortura y muerte de otros argentinos" (p.155) y que no pueden recordar el día en que Nora Cortiña, de Madres de Plaza de Mayo, le llevó el primer Habeas Corpus (p.157).

Igualmente sorprende que un reconocido periodista y escritor como Tomás Eloy Martínez dijera que "Timerman (Director de "La Opinión") siempre trataba de que sus medios respondieran a un determinado interés, y los redactores no lo sabíamos." (146).

Halperín mecha algunos comentarios valiosos sobre el, muchas veces, sórdido mundo de la relación entre los medios y el poder, ya sea estatal como comercial. Así sostiene que "la imagen de la corrupción del poder en la Argentina quedó muy centrada en la dirigencia política y, en cambio, no recibió la misma atención la corrupción empresaria" (pág.226)

En ese encuentro los periodistas juegan un papel a veces clave y otras ingrato. ¿Hasta dónde se puede considerar información fidedigna a la que sufre el filtro de los intereses en juego, ya sea el Estado, las

empresas o el mismo medio? En este juego es poco el espacio que se da para considerar el papel que juegan aquellos que se supone son los destinatarios de su trabajo.

Eny Zunino, actual editor del Diario Perfil, califica al lector como "un consumidor que no tiene tiempo, que no quiere perderlo". (pág.222) Esta premisa pareciera entender que no hay ningún tipo participación en la comunicación de los medios que lo considere como un participante. De manera que este proceso de comunicación se reduce a una puja de intereses. ¿Qué otra cosa puede esperarse de una sociedad donde lo comercial -que Carlos de Elía llama "el capitalismo mediático". (pág.296)- define cualquier posible desarrollo comunitario? Oscar Raúl Cardoso entiende que hay límites: "Yo negocio un montón de cosas; lo que no puedo negociar no es ni siquiera la verdad. Porque la verdad que yo cuento en una nota siempre es parcial. Lo que no puedo negociar es el principio de certidumbre." (pág.68).

Hay en "Noticias del Poder" un valioso material para discutir ampliamente sobre la compleja relación de los diferentes actores en el terreno de la comunicación, y siempre queda la sensación que no todo ha

sido dicho. Posiblemente la intención del autor haya sido superada por la vastedad y complejidad del tema. Sería importante que pudiera, por ejemplo, desarrollar más todo lo relacionado con el mundo de la televisión y las nuevas tecnologías. Por otra parte, sería de valor poder cotejar la experiencia recogida mayormente en Argentina con la de periodistas de los países cercanos que experimentaron procesos

similares bajo regímenes dictatoriales.

Halperín reconoce que el periodismo no vive su mejor momento, y que "constatarlo empuja peligrosamente hacia la resignación o el cinismo" ((pág.421) No obstante aún cree que la construcción de ciudadanía es una tarea que merece ser apoyada y este libro lo confirma.

(fin)

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