En la foto superior se ve a la izquierda a Angela Merkel, canciller (primera ministra) de Alemania. Tomé esta foto el 4 de marzo a media mañana, mientras recorría la CeBIT, la feria de tecnologías de la información y la comunicación en Hannover, Alemania. Merkel visitaba el stand de SAP, una empresa de software, la mayor de Alemania. La imagen de ella en realidad era mostrada por un gigantesco televisor de plasma. El el centro se puede ver a un grupo grande de periodistas que seguía la visita de Merkel. Me detuve para observar la escena, muy inhabitual en la Argentina kirchnerista, y para a ver qué ocurría con Merkel luego de la visita al stand. ¿Qué pasó? Los periodistas no se le abalanzaron, como es costumbre en la Argentina, y le pidieron si podía responder algunas preguntas. Ella accedió y durante unos 10 minutos dialogó con los periodistas, que permanecían a unos tres metros de ella. Luego, ella siguió recorriendo la muestra, rodeada de las autoridades de la feria. Un dato para tener en cuenta: Es la mujer más poderosa del mundo. Me sorprendió además la educación de ambas partes, con una conversación serena y respetuosa, sin gritos por parte de los periodistas y sin intentos de los colaboradores de Merkel por definir los temas de las preguntas.
Las otras fotos muestran a la presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner hoy 6 de abril de 2008 en París. La mandataria accedió a hablar con un medio en Francia, el canal C5N, luego de la marcha en la que participó para pedir por la liberación de la política colombiana Ingrid Betancourt, secuestrada por las FARC. Las crónicas que leí en medios digitales sólo mencionan sus palabras en un discurso en la marcha, y no informan si habló con la prensa. En realidad, el diálogo libre con la prensa es algo que esta dirigente no practica desde mayo de 2003, cuando asumió su esposo la Presidencia.
Más allá de la presión que ejercen los medios (instrumentos de poderes económicos), sobre la presidenta desde que ganó las elecciones en 2007, en una especie de curso llamado “Educando a la mandataria”, o incluso de terrorismo mediático, Fernández de Kirchner desconoce cómo establecer un relación con la prensa. Pareciera sufrir de autismo. Incluso, ataca a Hermenegildo Sábat por una caricatura, en vez de confrontar con Clarín, patrón de Sábat y grupo empresario que fue beneficiado por Kirchner con la aprobación de la fusión Multicanal/CableVisión. Si quisiera realmente romper el juego mediático, debería cambiar la ley de radiodifusión, proveniente de la última dictadura militar, y democratizar la comunicación, abriendose a más sectores sociales. Pero eso es improbable, más si su esposo y ella se recuesta en los aparatos políticos y gremiales del peronismo.
Podés ver la cobertura de Le Monde sobre el acto en el que participó la presidenta en este link:
Y aquí la versión de la Casa Rosada, errores de puntuación incluidos:
http://www.casarosada.gov.ar/index.php?option=com_content&task=view&id=1876&Itemid=1
¿Llegaremos a ver alguna vez en la Argentina una imagen como la de Merkel, donde un presidente/a dialogue libremente en un espacio público con los periodistas?
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