sábado, 24 de marzo de 2007
Ciertos aplausos
¿Por qué hay periodistas que aplauden en una conferencia de prensa? Me dan vergüenza ajena. Que lo haga un empleado del personaje que habla, su secretaría, esposa, amante, alguien de la agencia de prensa, vaya y pase, pero un periodista… si fuera por afinidad ideológica, afectiva, religiosa, quizás llegaría a entender, pero creo que una de las maneras de mantener la distancia con la fuente, esa separación que necesito como periodista al escribir o hablar a la audiencia es, justamente, no caer en estos aplausos que muchas veces suenan genuflexos… ¿Vos que pensás?
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1 comentario:
Luego leer su opinión es imposible dejar de contar mi experiencia aquí, en el interior de la provincia de Buenos Aires.
La complicidad entre un sector del periodismo y los gobiernos municipales de turno quizás no se evidencien a través de aplausos, pero sí de actos igual de mediocres. Preguntas condescendientes, cuestionarios aprobados con anterioridad por el área de prensa comunal, mutuas felicitaciones y conversaciones posteriores a la conferencias, demuestran la falta de seriedad de ambas partes.
El resultado de estos “trabajos periodísticos” es una información optimista y parcial sobre la realidad local. ¿Pero cuáles son los problemas de fondo? Más allá de la falta de compromiso con la tarea de informar, sobreviene el problema de la publicidad oficial.
Para la mayoría de los medios de comunicación del interior, los recursos económicos son escasos y en consecuencia, la publicidad gubernamental se convierte en la alternativa más importante. Las autoridades de turno lo saben y es por eso que en algunos casos, utilizan esa herramienta para presionar al periodismo. El pacto es: “yo te doy, pero vos no digas esto o aquello”. La ética profesional se diluye en el acuerdo.
Fondos públicos, intereses económicos y políticos, censura previa, corrupción, son los ingredientes que salpican el honor de esta profesión.
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